
Menopausia y erupciones en la piel: cómo afectan y qué puedes hacer
La menopausia es una etapa inevitable en la vida de toda mujer, generalmente alcanzada entre los 45 y 55 años. Durante esta transición, es común experimentar una serie de cambios en la piel debido a la disminución de los niveles de estrógenos. En este artículo, exploraremos cómo la menopausia afecta la estructura y función de tu piel, incluyendo la aparición de erupciones, y qué puedes hacer para manejarlas.
Cambios en la estructura de la piel después de la menopausia
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Epidermis y glándulas sebáceas: el rol del estrógeno en la epidermis aún no se comprende completamente. El uso de preparados hormonales ha sido asociado a un aumento en la producción de sebo y lípidos en la superficie de la piel. Sin embargo, el uso exclusivo de estrógeno puede reducir el número y tamaño de las glándulas sebáceas, disminuyendo los niveles de sebo en la piel.
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Colágeno: después de la menopausia, se observa una rápida disminución del colágeno en la piel, perdiendo casi un tercio en los primeros cinco años y un 2.1% anual en los siguientes 15 años. Esta pérdida de colágeno está más relacionada con la edad postmenopáusica que con la edad cronológica.
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Elastina: la degeneración de la elastina aumenta con la menopausia, manifestándose clínicamente como piel flácida y aumento de arrugas.
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Dermatosis comunes después de la menopausia
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Rubor involuntario: se presenta en alrededor del 75% de las mujeres perimenopáusicas y menopáusicas y generalmente responde a la terapia con estrógenos. Este síntoma ocurre debido a la vasodilatación de los vasos sanguíneos dérmicos y subcutáneos.
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Xerosis, prurito y dermatitis: la xerosis (sequedad de la piel) y el prurito (picazón) son comunes en mujeres postmenopáusicas, a menudo asociados con dermatitis. La pérdida de función de la barrera cutánea es uno de los factores clave.
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Acné: aunque común en la adolescencia, también puede aparecer durante la menopausia. Se asocia con un desequilibrio entre estrógenos y andrógenos.
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Rosácea: esta condición es frecuente en mujeres, y los sofocos menopáusicos pueden exacerbarla o incluso desencadenarla.
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Hiperhidrosis: la sudoración excesiva afecta a muchas mujeres postmenopáusicas, aunque su causa no está completamente clara.
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Hidradenitis supurativa: también conocida como acné inversa, provoca protuberancias dolorosas debajo de la piel y puede aparecer durante la menopausia.
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Psoriasis: los cambios hormonales de la menopausia pueden empeorar sus síntomas.
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Queratodermia climaterial: afección que afecta especialmente a los pies y está asociada con la menopausia. Las cremas con urea pueden ayudar a mejorarla.
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Pigmentación
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Melasma: aunque no está directamente ligado a la menopausia, puede surgir tras el uso de terapia hormonal, relacionado con los niveles de estrógeno.
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Poiquilodermia de Civatte: observada frecuentemente en mujeres perimenopáusicas o menopáusicas, provoca alteraciones en la coloración y textura de la piel.
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La menopausia tiene claras implicaciones para la piel, desde el adelgazamiento del colágeno y la pérdida de elasticidad hasta afecciones cutáneas específicas. Conocer estos cambios te ayudará a tomar decisiones más informadas y cuidar mejor tu piel en esta etapa. Consulta siempre con tu dermatólogo sobre las opciones disponibles.