10 mitos sobre la menopausia
La menopausia engorda.
Aunque es cierto que durante la menopausia es más fácil aumentar de peso, esto se puede evitar. Los cambios metabólicos y hormonales que se producen durante la menopausia afectan al almacenamiento y redistribución de la grasa corporal, especialmente alrededor de la cintura, las caderas y los muslos. Sin embargo, cada vez es más frecuente que las mujeres lleven un estilo de vida saludable, con dietas equilibradas y la práctica regular de ejercicio físico o un deporte, lo que minimiza estos cambios.
El primer síntoma de la menopausia son los sofocos.
Es verdad que los sofocos son uno de los síntomas más característicos de la menopausia, pero esto no quiere decir que sean siempre los primeros en aparecer. Hay otros síntomas que pueden manifestarse antes, como son periodos menstruales irregulares o ausencia de ellos, sequedad vaginal, cansancio, ansiedad, pérdida de cabello, aumento de peso, irritabilidad, depresión, ansiedad….
La menopausia provoca una disminución del deseo sexual.
Si bien es cierto que en este periodo puede aparecer una disminución del deseo sexual y sequedad vaginal debido a las alteraciones hormonales, no todas las mujeres experimentan estos problemas y además, deben consultar con su médico. Por otro lado, muchas mujeres disfrutan más del sexo después de la menopausia porque no tienen que preocuparse de quedarse embarazadas y, con sus hijos ya mayores, tienen más tiempo para disfrutar de sus parejas y de sí mismas.
La menopausia es una enfermedad.
No es una enfermedad, es un proceso natural biológico que se caracteriza por el cese de la menstruación, y que inicia una etapa de la vida llamada climaterio. A pesar de no ser una enfermedad, provoca en la mayoría de las mujeres, síntomas molestos que alteran la dinámica social y laboral.
Si la menstruación fue a edad temprana, la menopausia también lo será.
Numerosos estudios realizados en diferentes países demuestran que no hay correlación entre la edad de la primera regla y la edad de la menopausia. Sin embargo, hay otros factores que sí tienen relación como son entre otros: el tabaquismo o la genética (la edad en la que le llegó la menopausia a tu familia, especialmente a tu madre o hermanas).
Durante la menopausia tu cuerpo deja de producir estrógenos.
La presencia de estrógenos no desaparece por completo. El cuerpo de la mujer todavía los produce, aunque en cantidades más pequeñas.
La menopausia no se puede tratar.
La menopausia no es una enfermedad, sino un proceso natural. Sin embargo, hay medidas que las mujeres pueden tomar para ayudar a mejorar algunos de los síntomas molestos que puede generar. Para empezar, es importante mantener hábitos de sueño y alimentación saludables, y controlar el estrés. Además, existen sustancias de origen natural y sin actividad hormonal que pueden ayudarte a aliviarlos. Los ginecólogos y médicos de atención primaria con conocimientos sobre la menopausia son las personas a las que debes consultar.
La menopausia sólo causa síntomas físicos.
La llegada de la menopausia no provoca solo síntomas físicos. Muchas mujeres experimentan además cambios en sus emociones, capacidad para concentrarse y en la memoria. Las alteraciones hormonales también pueden provocar cambios de humor, nerviosismo, ansiedad, tristeza e irritabilidad.
Es igual para todas las mujeres.
Si bien todas las mujeres llegarán tarde o temprano a esta etapa, la frecuencia y variedad con la que se presentan los síntomas y su forma de llevar esta etapa es diferente en cada mujer. También influye mucho la forma en que cada mujer la percibe.
Los problemas al dormir no tienen nada que ver con ello.
Los problemas al dormir tienen mucho que ver con la menopausia ya que surgen como resultado de los sofocos, el insomnio y los trastornos del estado de ánimo. Para mejorar la calidad de sueño, se puede probar a realizar ejercicios aeróbicos regularmente. Asimismo, evitar la cafeína, y mantener el dormitorio fresco y cómodo para controlar los sofocos puede ser de gran ayuda.