Menopausia precoz y ejercicio físico: beneficios y recomendaciones
Desde siempre, los síntomas de la menopausia debidos a la bajada de los niveles de estrógenos suponían un cambio en la vida de las mujeres. Además, con el aumento de la esperanza de vida, cada vez un mayor número mujeres pasamos más tiempo de nuestra vida en la etapa de la posmenopausia, y sobre todo, en aquellas que presentan menopausia precoz.
¿Qué es la menopausia precoz?
La menopausia precoz se define como la menopausia que llega a los 45 años o antes. Las causas por las que una mujer pueda llegar a la menopausia de forma precoz pueden ser muy variadas, ya sea por factores genéticos, quimioterapia y radioterapia, extirpación quirúrgica de los ovarios, o por ejemplo por el consumo de tabaco y/o alcohol, entre otros, que se ha demostrado que adelanta la edad de la llegada de la menopausia.
¿Qué síntomas pueden aparecer?
Las mujeres que tienen una menopausia precoz pueden tener los mismos síntomas que tendrán las mujeres que tienen la menopausia más tarde. Lo que sí puede ocurrir, es que cuanto más precoz es la menopausia, más acentuada puede ser la sintomatología.
En general, los síntomas de la menopausia, podemos dividirlos en 4 grandes grupos:
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Síntomas neurovegetativos, que hacen referencia a sofocos, sudoración nocturna, mareos…
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Síntomas psicológicos, como pueden ser la tristeza, insomnio o astenia.
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Síntomas urogenitales, como la sequedad vaginal, dolor en relaciones sexuales o problemas urinarios entre otros.
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Síntomas musculoesqueléticos, donde se agrupan, por ejemplo, los dolores articulares.
Beneficios de la actividad física frente a los síntomas de la menopausia precoz
Para la osteoporosis
El ejercicio físico enfocado en la mejora de la fuerza aplicado 2 veces a la semana durante 6 meses en personas mayores de 55 años, ha demostrado ser efectivo para la mejora de la densidad ósea y por consiguiente es un buen método preventivo de la osteoporosis.
Para la hipertensión
Existe una gran evidencia científica que apoya que la práctica de ejercicio físico regular y controlado, aparte de beneficiar muchos aspectos de nuestra salud, protege de las enfermedades cardiovasculares.
Para la ansiedad
Desde una visión de prevención, el ejercicio físico habitual posee un efecto tranquilizante o de relajación y, por lo tanto, contribuye a reducir el estado de ansiedad, en todas las edades. El tipo de ejercicio más recomendado son los de tipo aeróbico realizados de forma habitual.
Por todo ello, nuestra recomendación es la de mantener una vida activa, con ejercicios planificados, variados, motivantes, y si hay la posibilidad, supervisados por un profesional, ya que la actividad física puede ser el complemento ideal para ti.